«El hombre es el único animal que come sin tener hambre, bebe sin tener sed y habla sin tener nada que decir». Mark Twain.
Las palabras, aquellos vocablos que pronunciamos continuamente, muchas veces no pensamos lo que decimos, y decimos lo que pensamos.
Hay una frase, que desde que la escuché, creo que todos deberíamos tenerla en cuenta: Procura que tus palabras sean dulces y suaves, por si algún día tienes que tragártelas. Es algo que no todas las personas tienen en cuenta cuando abren la boca y echan sus palabras a volar, un vuelo que en ocasiones puede terminar en aterrizaje forzoso. Creo que cada palabra que pronunciamos deberíamos hacerla con la mayor de las sutilezas, que cuesta demasiado poco, hablar con respeto, educación y de forma agradable, se pueden conseguir muchas más cosas con unas simples palabras correctamente pronunciadas. Y este tema, se puede extender a todos los ámbitos de la vida y la sociedad, desde la educación, hasta el amor, desde el marketing, a la relación de un trabajador y su jefe, en nuestras relaciones familiares, y de amigos, en los negocios, en todo, en absolutamente todo, están presentes las palabras, y creo, que no le damos la suficiente importancia y el reconocimiento que se merecen, e incluso, en ocasiones las utilizamos sin sentido alguno, y empleamos, palabras que no son las adecuadas para el contexto en que nos encontramos.
Por tanto, os invito a que probéis un día, solamente uno, que probéis a pronunciar vuestras palabras con la mayor de las alegrías, del cuidado, y del cariño que en vosotros se aloja, y si las acompañais con una sonrisa, creedme, estaréis un pasito más cerca de conseguir vuestros propósitos, además, no os olvidéis, que dicen, que se cazan más moscas con miel que con mierda.
by Lorena Pérez Pintos
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